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Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres

Declaración institucional del Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

El 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.   

La violencia es la consecuencia más terrible de las desigualdades que sufren las mujeres en el mundo. Según ONU Mujeres, el 30% de las mujeres de 15 años o más han sido víctimas de violencia física o sexual al menos una vez en la vida. En España, según la última macroencuesta de violencia contra la mujer, 1 de cada 2 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por razón de género.

La violencia de género no es solo una violación de los derechos humanos, sino que constituye un serio obstáculo para el desarrollo de una democracia plena dado que la igualdad entre mujeres y hombres está en el corazón mismo de cualquier forma de sociedad libre; es conditio sine qua non para alcanzar comunidades igualitarias.

A lo largo de la historia la violencia ejercida contra las mujeres ha sido objeto de nominaciones que ocultaban sus causas reales. Este fenómeno, lejos de ser superficial o individualizable, forma parte de todo un sistema, el patriarcal, que hunde sus raíces en lo más profundo de nuestra historia y que a lo largo de siglos ha mantenido la desigualdad de las mujeres como forma de dominación, explotación y subordinación.

Todas las mujeres, por el hecho de ser mujeres, estamos expuestas a la violencia de género. Sin embargo, también vivimos diferentes tipos de discriminación, desigualdad y violencia según las diversas identidades que nos cruzan:

Clase social, nivel de estudios, etnia, edad, aspecto corporal, orientación sexual, sufrir o no diversidad funcional, ser migrante.

Se trata de diferentes realidades, que pueden no visibilizarse o comprenderse y que hacen que muchos grupos de mujeres corran riesgo de ser aún más vulnerables a sufrir situaciones discriminatorias y violentas y a estar más expuestas a las violencias machistas.

A pesar de todos los avances y el desarrollo de políticas públicas para la prevención y atención de las víctimas de violencia de género, en España se sigue produciendo este fenómeno. Seguir avanzando en la implementación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y fortaleciendo las herramientas municipales para la prevención y erradicación de la violencia se rebela imprescindible porque los datos siguen siendo aterradores. Desde el 01 de enero de 2003, fecha en la que se empezaron a contabilizar las mujeres asesinadas víctimas de violencia de género han sido asesinadas en España 1.236 mujeres.

Este año 2023 está siendo especialmente grave con 51 mujeres asesinadas en nuestro país.

No podemos resignarnos, los asesinatos por violencia de género no se pueden asumir como una cuestión inevitable: aspirar a un país libre de violencia machista es una responsabilidad social, debemos alcanzar un objetivo claro: la violencia cero.

Lo que no se ve, no existe y dar visibilidad a la violencia de género no es un gesto, no es una imagen, es un mensaje a las víctimas, a los agresores y al conjunto de la sociedad.

Es por ello que necesitamos del compromiso individual de cada persona y del compromiso colectivo de toda la sociedad; no sólo un día, si no todos los días del año hasta alcanzar erradicar esa lacra que es la violencia de género en un compromiso colectivo de hacerle frente hasta que desaparezca.

Abordar la violencia machista en toda su crudeza exige ser exigentes y poner todos nuestros esfuerzos en proteger a las víctimas y en seguir ensanchando derechos de ciudadanía que redunden en la libertad de las mujeres. Debemos seguir trabajando para educar en igualdad y respeto con el objetivo de desterrar, no solo actitudes machistas, sino también otros prejuicios que posicionan a las mujeres, por su identidad, en una situación de mayor vulnerabilidad.

La violencia sexual es una forma de violencia machista iceberg, menos del 10% de las mujeres que han sufrido violencia sexual han denunciado ante la policía o en un juzgado siendo los principales motivos la vergüenza y el miedo a no ser creída.

Expertos y expertas alertan de los riesgos que el fácil, y no siempre intencionado, acceso de los menores a una pornografía muy agresiva entraña para la educación afectivo-sexual de estos niños y adolescentes y los efectos que tiene en las relaciones con sus parejas niñas y adolescentes.

Las tecnologías, pese a su enorme contribución al progreso, se han rebelado también como una nueva y potente herramienta de violencia contra las mujeres, particularmente las más jóvenes. El anonimato que ofrecen estos instrumentos, su elevada complejidad para controlar el acceso y difusión añade nuevos componentes de vulnerabilidad e indefensión de niñas y adolescentes.

Las administraciones tenemos una responsabilidad y la obligación de velar por la seguridad y los derechos de sus ciudadanos y ciudadanas, garantizar entornos libres de violencia, así como proteger a las víctimas.

Es fundamental reflexionar sobre cuáles son los elementos que dificultan la erradicación de la violencia contra las mujeres e incidir en las políticas de protección a las mujeres, de asesoramiento y defensa contra las agresiones sexuales.

Para ello, las instituciones y las asociaciones feministas debemos trabajar en la dirección en que lo venimos haciendo, pero debemos estar también alerta ante los postulados negacionistas, así como sobre los nuevos escenarios donde la violencia encuentra otras vías. Plataformas, internet y redes sociales requieren especial atención en relación con el machismo y las nuevas formas de violencia ejercidas a través de estas nuevas vías.

Además, es importante que como sociedad avancemos en la abolición de la prostitución; la prostitución y la explotación sexual son formas terribles de violencia contra las mujeres que atentan contra derechos como la igualdad, la dignidad o la seguridad y eso es del todo incompatible con la democracia.

No podemos olvidarnos tampoco de la violencia que sufren las mujeres y las niñas en los conflictos armados y es que las desigualdades incrementan durante los mismos. Muchas mujeres y niñas en tiempos de guerra se convierten en desplazadas o refugiadas o son tratadas como botín. La violación es una táctica utilizada como estrategia de terror y como forma de tortura. Por ello creemos que es necesario aumentar el papel de las mujeres en la toma de decisiones respecto a la prevención y la resolución de conflictos.

Nuestro compromiso para erradicar la violencia machista es firme. Este 25 de noviembre, frente quieres niegan la existencia de una violencia específica contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, frente a quienes recortan en recursos públicos de atención a las víctimas, mostramos nuestro compromiso para seguir trabajando en la ruptura del silencio, la sensibilización y concienciación a la ciudadanía del problema estructural de la sociedad que suponen las distintas violencias machistas. Nuestro firme compromiso con la igualdad, libertad y seguridad de las mujeres.

Solo una sociedad en la que las mujeres no sufran violencia por ser mujeres puede ser considerada completamente libre, solo una democracia libre de violencia machista es una democracia plena.

En defensa de la igualdad, la libertad y la seguridad de las mujeres estaremos siempre contra las violencias machistas.